Los Jardines del Renacimiento. II- Las Villas de Los Médicis- Por: Virginia Seguí Collar.

Las Villas Medicis, representan en el Renacimiento un espacio determinado de construcción, en el que la función del jardín se inserta dentro de la visión de retiro que la familia medicea tenía de estos lugares. Pero también como demostración del poder familiar, económico y social.

Lugar para la culta conversación, el retiro amable, el esparcimiento…el jardín renacentista que se va realizando en estas villas cumple así tanto de locus amoenus como de recinto de clase.

 

I Villas Medicis, rappresentano nel Rinascimento un spazio determinato di costruzione, nel quale la funzione del giardino si inserisce dentro la visione di ritiro che la famiglia medicea aveva di questi posti. Ma anche come dimostrazione del potere familiare, economico e sociale.

Posto per la colta conversazione, il ritiro gentile, l’esparcimiento.el giardino rinascimentale che si va realizzando in queste cittadine compie così tanto di locus amoenus come di recinto di classe.

 

The Villages Medicis, represents in the Renaissance a certain space of construction, in which the function of the garden is inserted inside the retirement vision that the family medicea had of these places.

But also as demonstration of the family, economic and social power. . .
Place for the learned conversation, the kind retirement, amusement,  the garden Renaissance  that goes being carried out in these villages completes this way so much of locus amoenus as of class enclosure. 

Los Jardines del Renacimiento. II- Las Villas de los Médicis. Por: Virginia Seguí Collar.

 

La prosperidad general de las ciudades italianas se acentúa en Florencia durante la segunda mitad del siglo XV favorecida por el desarrollo de diversas industrias, sobre todo las textiles. La actividad constructiva dentro de la ciudad comienza a adquirir cierto auge, aunque de algún modo el espíritu conservador de los Médicis y la tendencia tradicionalista marcada por el arquitecto Michelozzo se contraponen a ello dominando la organización de la ciudad. El predominio de la familia Medici era claro, no debe olvidarse que estos banqueros y comerciantes actuaban como tales en otras ciudades italianas y también europeas, como Brujas, Pisa, Londres o Ginebra; y tenían intereses directos en Roma al acceder algunos de sus miembros al papado, estando además emparentados con la familia real francesa al más alto nivel, ya que algunos de sus miembros femeninos, tras sus matrimonios, se convirtieron en reinas del país trasalpino; todo ello demuestra su gran influencia política a la vez que su poderío económico. Era importante para la familia que esta posición de preeminencia social quedara clara dentro y fuera de su ciudad; y por ello, tras acometer la construcción y reforma de sus propiedades en la urbe, se sumaron a lo que comenzaba a ser costumbre en la nueva burguesía emergente: adquirir propiedades suburbanas hasta ese momento fincas agrícolas que ellos modernizaban y reconstruían, cada uno según sus capacidades económicas, adaptándolas a sus gustos y necesidades; de ellas obtenían también una rentabilidad económica que socialmente estaba mejor vista que las ganancias obtenidas con su actividad como banqueros. Estas propiedades suburbanas les permitían a la vez disfrutar del campo y de nuevas formas de ocio y distracción.

El florentino Giovanni Boccacio en su obra El Decameron fechada hacia el año 1349 describe algunas de las características de estas villas: «Estaba dicho lugar sobre una pequeña colina […]; en cuya cima había una villa con un hermoso y amplio patio central, con pórticos y con salas y alcobas a cual más bella y decorada con agradables pinturas dignas de admiración, con pequeños prados y con maravillosos jardines y con pozos de agua fresquísima y con bodegas de preciados vinos: cosas mas propias de refinados bebedores que de sobrias y honestas damas […]«. Esta costumbre fue extendiéndose por el resto de ciudades italianas, los burgueses con capacidad económica suficiente fueron adquiriendo propiedades suburbanas y realizando en ellas este tipo de villas de recreo y entre esas reformas arquitectónicas y estructurales se incluía normalmente la construcción de un jardín.

 

La familia Médicis adquirió gran número de ellas y las fue destinando a diferentes usos y finalidades por lo que su tipología es bastante variada; hay que pensar que las adquirieron también como inversión y, sobre todo, como una demostración más del poder familiar. El fundador de su imperio económico: Giovanni de Bici, padre de Cosme y Lorenzo de Médicis, adquirió la propiedad que se considera más antigua entre todas ellas: Il Trebio; situada sobre una colina dominando el valle del Sieve; tras su muerte, en 1428, su hijo Cosme se hizo cargo de ella contratando al arquitecto Michelozzo di Bartolomeo para que realizara la transformación del edificio preexistente y convirtiera la antigua fortaleza medieval en un pabellón de caza; en ella el jardín es todavía incipiente, lo agreste del terreno y la finalidad de la villa hacen de él algo todavía precario; en el luneto de Utens puede observarse ya un, para la época, insólito jardín organizado en el lateral derecho del edificio y a un nivel más bajo, todavía estamos ante un espacio reducido y cerrado, aunque ya organizado en parterres regulares, por lo que no deja de ser uno de los primeros ejemplos de jardín suburbano renacentista y un primer intento de emular las antiguas villas romanas. (Fig.1)

Vinculada a la historia de los Médicis encontramos la siguiente villa de la que trataremos: Cafaggiolo junto con la anterior se sitúa en la comarca del Mugello, al norte de Florencia, zona de procedencia de la familia. La construcción mantiene cierto aire de fortaleza medieval enfatizada por su organización como tal, ante la existencia de foso y puente levadizo, pero es precisamente el jardín, que se abre a su alrededor y se extiende en la parte trasera del edificio uniéndose al paisaje circundante, lo que más contrarresta este matiz dotándola de su carácter renacentista; puede observarse también la presencia de elementos arquitectónicos: una fuente y un templete clásicos en la zona delantera, al fondo un extenso jardín rectangular en el que se distribuyen, de manera regular, parterres cuadrangulares; de los que Utens no detalla el diseño. La villa se usaba sobre todo en verano, era una de las predilectas de Lorenzo de Médicis que pasaba en ella largas temporadas rodeado de su círculo de amigos humanistas: Marsilio Ficino, Pico de la Mirandola, Agnolo Poliziano, etc. (Fig.2)

              ( Fig. 1. Il Trebio. Luneto. Utens. 1599 )                                             ( Fig. 2. Villa de Cafaggiolo. Utens. 1599)

           

          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tercera villa medicea: Careggi, fue adquirida a Tommaso Lippi, en 1417, también por Giovanni de Bici; en una zona especialmente sensible a este tipo de propiedades, ya que muchas familias importantes de la ciudad habían adquirido propiedades en ella, incluso desde finales del siglo anterior; la familia Médicis lo hizo cuando surgió la ocasión consiguiendo un lugar estratégicamente situado sobre la colina Monterivecchi. El edificio preexistente debía consistir en la habitual fortaleza defensiva medieval. Cosme y Lorenzo de Médicis, a la muerte de su padre, encargaron su remodelación a Michelozzo que intervendrá en el edificio manteniendo sus líneas básicas, actuando sobre todo en el interior y ampliando la zona oeste del edificio con un ala de nivel más bajo próxima al jardín que se abre a él mediante loggias con arcadas; convertidas, al parecer, en una reforma posterior en la actual loggia panorámica atribuida a Giuliano da San Gallo que muy bien podemos relacionar con la ejecutada por Rossellino en el palacio Piccolomini en Pienza (Fig.3-4). No se conserva luneto de Utens mostrando su estado en 1599, por lo que no podemos observar el jardín renacentista a la italiana que se construyó para disfrute y solaz de los Médicis. Cosme I, el Viejo, trasladó allí su biblioteca y parte de su colección de arte, cedió una vivienda a Marsilio Ficino para tenerlo cerca de la familia nombrándole su bibliotecario, reuniéndose en ella con artistas y arquitectos como Donatello, Miguel Ángel, o Alberti, con quienes probablemente departía acerca de las características esenciales del jardín renacentista, el último de ellos había teorizado sobre el tema en sus obras de arquitectura, considerándolo una parte esencial dentro de la filosofía humanista, el hombre renacentista creaba en él su paraíso particular o locus amoenus, es la naturaleza adaptada por y para el hombre pudiendo así adecuarlo a su propia individualidad. En esta villa nació y murió Lorenzo el Magnífico (1448-1492) y en ella instalará su Academia Neoplatónica.

 ( Fig. 3. Villa Careggi. Loggia. Michelozzo )                       (Fig. 4. Villa Careggi. Vista Exterior)

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Villa Fiesole es otra de las más antiguas posesiones de los Médicis, la propiedad fue adquirida por Cosme el Viejo hacia 1450 y, al parecer, fue su hijo Juan quien eligió su emplazamiento siendo construida en la década siguiente por el arquitecto de la familia Michelozzo siguiendo el estilo renacentista, habiendo perdido ya todo vestigio de fortaleza, el edificio, de planta cuadrangular, se abre al valle del Arno en un espacio semiescarpado adecuándose al terreno mediante un sistema aterrazado que organiza, en diversos niveles, las diversas partes y estancias de la villa así como su interesante jardín, concebido en relación matemática y geométrica con la edificación y situado en las terrazas inferiores formando una especie de jardín colgante al que se accedía a través de una loggia; uno de sus laterales fue individualizado del resto formando un jardín secreto, tipología que fue adquiriendo auge en la época, y que en este caso estaba especialmente concebido para los miembros de la Academia Platonica: cuando ésta se trasladó a Fiesole, en él sus miembros, inmersos en un paisaje privilegiado, discutían de filosofía clásica. (Fig.5)

La Villa Medici de Castello construida por Niccolò Tribolo en 1538 es una de las más significativas en el tema que nos ocupa; Vasari consideró sus jardines como <unos de los más ricos jardines de Europa>, que tuvieron gran influencia en realizaciones posteriores. Trabajaron en ellos, además de Tribolo, los ingenieros hidráulicos Pierino da San Casciano y Benedetto Varchi. El luneto de Utens nos permite apreciar su configuración hacia 1599 (Fig.6) El jardín original es una alegoría de la Toscana de la época, un microcosmos que contiene sus bases geográficas recorridas por los ríos de la región que discurren por el jardín tras su nacimiento partiendo de dos fuentes que representan los montes Falterona y Seranio; diversas esculturas y grutas van componiendo simbólicamente elementos relacionados con Cosme de Médicis y su beneficioso gobierno sobre Florencia; a la muerte de Tribolo intervienen en el proyecto los arquitectos Fortines y Vasari, aunque el proyecto original nunca quedo completado, a la muerte de Cosme de Medici su hijo Ferdinando acabó las obras; durante esta época es cuando Utens realizó su serie de lunetos de las Villas Medici. La comparación de la imagen que captó Utens y una vista aérea actual del jardín (Fig.7), nos permite  apreciar reformas posteriores; permanece la fuente de Hércules pero ha desaparecido el bosquecillo contiguo, conformado por el laberinto de cipreses, laureles y arrayanes en el que se perdía la fuente de Venus, obra de Giovanni da Bologna trasladada a La Prataia. Los setos de boj trazan y delimitan los compartimentos del jardín formando sus tradicionales eras, su avenida principal conduce a la zona de las grutas conformadas por los conjuntos escultóricos de Gino Lorenzi y tras ellas el bosque y la gran alberca donde se alza la estatua de Apenino, dios del río obra de Bartolomeo Ammannati (Fig.8).

 Fig.5. Fiesole. Jardín)                                                                                                                                  

              

 

 

 

 

 

 

  ( Fig. 6. Villa de Castello. Utens. Luneto.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                             

  ( Fig. 7. Villa Castello. Vista Aérea.)

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                            Fig. 8. Estatua de Apenino. Ammannati)

                                                 

 

 

 

Otra de las villas importante y representativa de la familia Medici es Poggio a Caiano, dominando el valle del Ombrone y las comunicaciones entre Florencia y Pistoia, Lorenzo de Médicis adquirió la propiedad a la familia Strozzi y convirtió lo que era una edificación rústica en una de las villas más significativas de la familia. Su construcción fue encargada a Juliano da San Gallo que realizó lo que se convertiría en el prototipo de villa señorial campestre de la época; la paz reinante en el período le permitió acometer la construcción sin las rémoras que suponen los aspectos defensivos; dominando lo agreste del terreno mediante el orden y la armonía. Fue una residencia veraniega para la familia, en ella vivieron eventos importantes; pues fue el centro de recepción de las novias extranjeras de los varones Medici, llegando, incluso a celebrarse en ella alguno de sus matrimonios (Fig.9). Una idea de sus jardines nos la vuelve a dar el luneto de Utens (Fig.10), donde observamos la típica diversificación de espacios entre los que destaca, a la derecha, un jardín a la italiana de sencillo trazado renacentista exento de elementos decorativos figurativos y/o arquitectónicos.

En la provincia de Livorno se encuentra la villa medicea di Collesalvetti que fue adquirida por Lorenzo y Giuliano de Medici en 1476, propiedad relativamente modesta con funciones básicamente agrícolas y cinegéticas, pero a pesar de ello los Medici la dotaron de un sencillo jardín de bancales geométricos elevando así la propiedad al rango de  villa. (Fig.11)

La villa medicea de Marignolle fue confiscada por Francisco de Médicis a Lorenzo di Pietro Ridolfi en 1560, tras la Conjuración de los Pucci, su reestructuración corrió a cargo del arquitecto Bernardo Buontalenti. Situada en la zona sur cerca de Galluzzo es la única villa de la familia en la zona, el luneto de Utens refleja su estado a finales del Cinquecento, apreciándose un único edificio desarrollado en sentido longitudinal enmarcado en una especie de parque, bastante escueto, sin división en eras ni parterres; no apreciándose tampoco elementos arquitectónicos ni escultóricos, únicamente una alineación de cipreses frente a la fachada principal de la casa con la que intenta romper la monotonía del conjunto; el resto del espacio está cubierto por cultivos agrícolas que nos dejan claro su uso básico. (Fig.12)

( Fig. 9. Cortejo de Leonora de Toledo. Stradano)                                                           ( Fig. 10. Poggio. Caiano. Utens. 1599)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                  ( Fig. 11. Villa Collesalveti. Utens. 1599)

                                                             

 

 

 

 

 

 

    ( Fig. 12. Villa Marignole. Utens. 1599)

 

 

 

 

 

  

 

Al sureste de Florencia entre las localidades de Antella y Grassina se encuentra la Villa medicea de Lapeggi, la antigua propiedad de los Bardi se sitúa sobre una colina de la que toma su nombre y que fue adquirida por Francisco de Medici en 1569, el luneto de Utens nos permite comprobar su configuración después de la intervención de Bernardo Bountalenti, una villa destinada básicamente a actividades cinegéticas, pero dotada de un jardín tapiado y organizado con bancales regulares que se sitúa en el lateral izquierdo del edificio; en el que, al parecer, existía un pomario; la propiedad también contaba con un prado y árboles frutales que rodeaban el conjunto. (Fig.13)

La familia Medici atesoró a lo largo de los años, como habrá podido apreciarse, gran cantidad de villas suburbanas, algunas de ellas no vamos a tratarlas aquí dada su menor importancia respecto al tema tratado y la escasez de datos que sobre sus jardines poseemos; aunque no dejaremos de citarlas: Agnado, L’Ambrogiana, Artimino, Niccolini o Camugliano, Carreto Guidi, Coltano, Lilliano, La Màgia, Corsini, Montevettolini o Monte Veturio, Saraveza, Spadaletto, Mezzomonte, Stabbia y La Toppaia.

 

Los jardines de villas mediceas de Pratolino y La Patraia tienen especial significación para este estudio ya que sus características presentan aspectos en los que se supera el modelo de jardín renacentista para avanzar hacia modelos que adquirirán gran auge en épocas posteriores, como el jardín barroco y/o el jardín inglés.

En la pequeña localidad de Castello, hoy dia incorporada a Florencia se encuentra situada La Petraia; originariamente propiedad de los Brunelleschi pasó después a manos de los Strozzi y en 1530 se hicieron cargo de ella los Médicis; en 1591 Fernando I de Medici que la había heredado de su padre, Cosme, decidió transformarla; siendo elegido para ello nuevamente Bernardo Buontalenti, su arquitecto predilecto, que realizó también los jardines adyacentes. La zona de naturaleza pedregosa era realmente inhóspita y las obras requirieron tiempo para conseguir hacer de ella un lugar fértil en el que instalar una construcción acorde con la categoría de su dueño, nuevamente el luneto de Utens nos permite ver su estado entre 1599-1602. (Fig.14); delante de la fachada principal del edificio se abría una primera terraza, ocupada por un huerto de plantas enanas, rareza que despertó la admiración de las cortes europeas; en un segundo nivel una segunda terraza contenía los viveros con plantas simples, el desnivel formado por estas terrazas se salva con dos escaleras laterales que se abren a ambos lados del edificio; en el nivel más bajo se abrían, a ambos lados del vivero, otros espacios organizados con bancales regulares de diseño geométrico, cerrados en sus extremos por dos longitudinales loggietas; a continuación se organizaba otra terraza dividida por ocho  parterres cuadrangulares enlazados mediante dos círculos centrales de los que salían senderos formando una cruz, que conformaban dos nuevos islotes enlazados pero independientes, con lo que se conseguía una distribución regular donde situar plantas, árboles y una especie de corredores semicirculares cubiertos que permitían la deambulación confiriendo todo ello un carácter singular al jardín.

  ( Fig. 13. Villa medicea,  Lapeggi. Utens. 1599)                                                  ( Fig. 14. Vista de Lapetraia. Utens)

 

 

 

 

                                                             

 

 

 

La villa medicea Il Patrolino situada en la localidad de su mismo nombre es hoy día conocida como: Villa Demidoff, nombre de su propietario durante el siglo XIX, Francisco I de Médicis, adquirió esta gran propiedad a Benedetto Ugoccioni en 1568; situada en una zona agreste al pie de los Apeninos fue remodelada por Bernardo Buontalenti que se encargó de su nueva configuración y trabajó en ella entre 1569 y 1575. La finca resume todo el mundo de lujo y placer de Francisco de Médicis; un lugar para compartir con su amante Bianca Capello; el gran duque no reparó en gastos invirtiendo en las obras 782000 escudos de la época, el doble de lo gastado en los Uffizi. El luneto de Utens nos permite observar su estado a finales del Cinquecento y las descripciones que hizo del lugar el maestro de obras de la corte de Württember, Heinrich Schickhardt, expresan con detalle su configuración y su propia admiración por el lugar quedan patentes en su diario, publicado en 1602 en Montbéliard, donde deja buena muestra de ello a través de bocetos y explicaciones detalladas. Decía así: «[…] es un precioso jardín de recreo decorado como no se puede hallar otro en esta época en toda Italia. Pertenece al gran duque de Florencia y en él se puede ver un palatinum real […]. En el exterior de este palacio hay una solana desde la cual se puede ir hacia dos lugares, la alberca y el jardín situado por debajo descendiendo por las escalitas tortuosas de piedra que lo rodean extendiéndose como si fueran un caracol.» (Fig.15)

Buontalenti además de arquitecto era un experto diseñador teatral, la creación de arquitecturas efímeras para divertimento de los mecenas era algo habitual entre los artistas del renacimiento y este jardín es una buena prueba de ello. El simbolismo del agua es uno de los protagonistas del lugar, se la puede ver aparecer y desaparecer, servir de energía motriz para artilugios mecánicos, autómatas, fuentes, juegos de agua etc. En un lateral la avenida de las pilas por las que discurría el agua creando cascadas y efectos sonoros hasta morir en una gran alberca circular. El cuadro de Utens demuestra que el jardín es una parte muy importante del Pratolino ocupando mas de las tres cuartas partes de su extensión y de configuración bastante arbitraria, sólo el sendero central parece regularla dando acceso al palacio, el resto, en general, está lleno de sinuosos senderos y lugares recónditos creados artificialmente para deleite de sus moradores; una serie de lugares laberínticos que permiten perderse entre ellos para reencontrarse al tropezar con grutas y otros muchos de los elementos lúdicos y decorativos creados por Buontalenti. Fuentes como la de Júpiter o la de las Lavanderas, un gran número de estatuas entre las que destaca el colosal dios Apennino, obra de Giambologna, de 12 metros de altura (Fig.16); tras él que se abre la colina de las grutas: la de Galatea, la de la Estufa, la de la Samaritana, la del diluvio, de la esponja, etc, podríamos seguir enumerando las atracciones de este maravilloso parque renacentista de estilo inglés que, aunque modificado en el transcurso del tiempo, todavía conserva gran parte de su atractivo.    

  ( Fig. 15. Il Pratolino. Utens)                                                                          ( Fig. 16. Dios Apennino. Giambologna)