Ben-Hur. Historia, religión y espectáculo. Por Virginia Seguí
No obstante la historia era demasiado jugosa e interesante para que las productoras la dejaran escapar y no tardando mucho, en 1925, la recién creada Metro Goldwyn Mayer, productora nacida de la fusión de la Goldwyn Productions, Metro Pictures y Mayer Productions, pagaba a los herederos de Wallace: un millón de dólares, por los derechos de autor, lo que le permitió realizar dos versiones más
Ben-Hur. Historia, religión y espectáculo. Por: Virginia Seguí Collar.
La historia que Lewis Wallace nos relata en su novela: Ben-Hur: A Tale of the Christ, era ya una de las novelas más populares de su época e incluso, y a pesar de las dificultares de su escenografía, había dado mucho juego en los escenarios teatrales de Broadway; donde los productores Klaw y Erlanger, después de comprar los derechos a su autor, procedieron a su representación teatral para sorpresa y regocijo de los espectadores que disfrutaban embelesados de las escenas de batallas marinas, naufragios y/o carreras de cuadrigas; cuando, en 1908, la productora cinematográfica Kalem decidió probar la historia del General Wallace en el cine haciendo que Gene Gauntier escribiera el guión y eligiendo a Sydney Olcott y Frank Oakes Rose para dirigir la película y a Herman Rottger para el papel de príncipe de Hur y William S. Hart como el centurión romano Mesala; el resultado fue una película de unos 15 minutos de duración, muda y en blanco y negro como es habitual en la época.
El guionista Gene Gauntier basó el argumento de la película sólo en el capítulo de la novela que relata el enfrentamiento de sus protagonistas durante la carrera de cuadrigas que se celebra en el Circo de Jerusalén, dadas sus posibilidades y espectacularidad; a pesar de ello su autor, Lew Vallace, pleiteó con la productora, al no haber obtenido ésta su permiso para hacerlo, ganando la demanda en 1911 y sentando las bases para la regulación de los derechos de autor.
No obstante la historia era demasiado jugosa e interesante para que las productoras la dejaron escapar y no tardando mucho, en 1925, la recién creada Metro Goldwyn Mayer, productora nacida de la fusión de la Goldwyn Productions, Metro Pictures y Mayer Productions, pagaba a los herederos de Wallace: un millón de dólares, por los derechos de autor, lo que le permitió realizar dos versiones más.
El interés de la historia se centra en la amistad entre un niño judío, Ben-Hur, y un niño romano, Mesala, en Jerusalen; y de cómo ésta se transforma en odio cuando, una vez convertidos en adultos, sus realidades y obligaciones personales, políticas y culturales no les permiten continuarla, y deben transformar el cariño que se tuvieron en un profundo y enconado odio aún más acentuado, si cabe, por ello; a su vez esta historia se entremezcla con acontecimientos histórico-religiosos relevantes; como el nacimiento de Cristo, su vida y su muerte en la cruz, lo que permite la realización de escenas de gran dramatismo y espectacularidad.
La primera versión que realizó la Metro requirió una fuerte inversión, tanto que está considerada como la película muda más cara de la historia del cine, y su rodaje fue lento y costoso; Ramón Novarro, que desempeñaba en ella el papel estelar de Judá Ben-Hur manifestó a George Pratt en una entrevista, realizada en 1958, que <el rodaje fue terrible>, realizándose parte de él en Roma; donde se trasladó entre junio de 1924 y febrero del año siguiente; y en California desde febrero a diciembre de ese mismo año; y el actor no contaba el año anterior en el que la productora mantuvo un equipo técnico en Roma trabajando sobre la ciudad para obtener un material que, para colmo, luego fue infrautilizado.
Marcus Lowe, uno de los hombres fuertes de la Metro, puso en manos de Irving Thalberg el proyecto y éste, encargó inicialmente, la dirección del film a Charles Brabin, que fue sustituido después por Fred Niblo, quien auxiliado por Eason, Cabanne, Cohn e Ingram, llevó a cabo el resto del rodaje y finalizó la película. Los papeles principales corrieron a cargo de Ramón Novarro como Judá Ben-Hur, Francis X Bushman como Mesala, Claire MacDowell como princesa de Hur, Mary MacAvoy como Esther, Nigel de Brulier como Simónides, Frank Currier como Quinto Arrio y un largo etcétera de actores que sería prolijo citar.
Esta primera versión de la Metro está considerada como la mejor de las tres existentes reuniendo grandes cualidades en su realización, como por ejemplo: el uso del color en las secuencias de carácter religioso para diferenciarlas del resto y darles cierto matiz emblemático, años antes del que se desarrollara el Tecnicolor, técnica que permitiría superar el blanco y negro habitual en las películas de la época. Estos acontecimientos religiosos afectan, en muchas ocasiones, forma directa y personal a Judá Ben-Hur; aunque él no será capaz de valora esto hasta el final de la historia; cuando por fin comprende y relaciona la influencia directa que la figura de Jesús ha tenido en su propia vida, a la vez que, tras su muerte en la cruz y la milagrosa curación de la lepra que padecen su madre y hermana, le llevaran a reconocerle como hijo de Dios y salvador del mundo. El mensaje religioso de la película, aun cuando no fuera su fin principal, fue aprovechado y muy bien utilizado por los publicistas, quienes en la campaña de promoción de la película utilizaron el lema: <la imagen que cada cristiano debe ver> como slogan para atraer espectadores.
También hay que señalar diversas escenas de la película demuestran el gran desarrollo a que había llegado la industria cinematográfica; lo que queda patente en la secuencia de la batalla marina, que fue filmada cerca de Livorno utilizando cuarenta y ocho cámaras y en la que participaron un gran número de extras, todo un record para una sola escena; que se vio complicada por el hecho de que, al parecer, muchos de ellos no sabían nadar, lo que puso en peligro sus vidas.
De gran importancia es también la secuencia de la carrera de cuadrigas, rodada ya en Los Ángeles; en un terreno propiedad de la constructora en el que se reconstruyó el Circo de Jerusalén, empleándose seis días en rodar la escena, que también exigió un gran número de extras y en la que hubo, al menos, un muerto y numerosos contusionados; Eason, utilizó en ella cincuenta y cuatro cámaras, y la secuencia pronto se convirtió en una de las mejores y mas famosas jamás filmadas y según el libro Guiness de los Records en la mas editada en la historia del cine.
Señalar también que la laxa moral de los felices veinte permitió a de Niblo incluir un desnudo masculino, aunque fuera de espaldad y en un segundo plano, en la secuencia en la que Judá Ben-Hur, y el resto de sus compañeros galeotes ensayan los diferentes ritmos de remado para el momento de entrar en batalla; aunque esta parte de la historia parece que es invención de Lew Wallace, ya que no está documentado que los romanos utilizaran a presos como remeros de sus galeras.
La película costó a La Metro casi siete millones de millones de dólares, y aunque pronto se convirtió en una de las más taquilleras a duras penas consiguió cubrir la inversión; todo ello sucedía cuando todavía dominaba el silencio ya que los avances técnicos aún no permitían incorporar la voz a la filmación aunque, al parecer, sí se introdujeron algunas innovaciones sonoras en los momentos más álgidos de acción; la película fue estrenada con gran éxito, en París, donde se mantuvo más de un año en pantalla
Uno de los ayudantes de dirección de esta versión fue un joven llamado William Wyler, quien en 1959 se convirtió en el director de la tercera y, por ahora, última, versión de tema, en la que el papel principal de Judá Ben-Hur estuvo finalmente a cargo de Charlton Heston, aunque inicialmente se habían barajado otros nombres como Ricardo Valle, Cesare Danova, Rock Hudson, Burt Lancaster o Paul Newman; Jack Hawkins como Quinto Arrio, Stephen Boyd como Mesala, San Jaffe como Simonides, Haya Harareet como Esther y también un largo etcétera. Al principio la intención de Wyler era rodar únicamente una primera parte y dejar la segunda para Sam Zimbalist, pero este falleció durante el rodaje, y la Metro tuvo que convencer a Wyler para que la acabará aunque contó con la ayuda de otros técnicos, como Andrew Marton y Yakima Canutt, especialistas en cine de acción y western.
En esta ocasión el presupuesto fue de quince millones de dólares y la preparación y rodaje del film ocupó casi una década a los técnicos de la productora que se trasladaron para su rodaje a los famosos estudios romanos de Cinecitá. Donde, en ocho hectáreas de terreno y después de nueve meses de trabajo, levantaron una réplica del Circo Máximo de Roma para representar al de Jerusalén, con graderíos de cinco pisos, y cuatro estatuas de nueve metros cada una, realizándose veintiséis cuadrigas para utilizarlas durante los ensayos el rodaje final. La representación de las ciudades de Jerusalén y Roma requirieron la construcción de grandes escenarios en los que, según los expertos falta cierta verosimilitud arqueológica, al consideraos, en algunos casos, demasiado kitsch; también se menciona que en indumentaria se adecua más a los gustos de la época en que se realzó la película que a los del momento histórico en que sucede el relato.
Las escenas religiosas están especialmente cuidadas y al igual que sucede en la versión anterior no hay tomas directas de la imagen de Jesús, más bien se intuye su presencia por las actitudes del resto de personajes.
La película, de 1959, es una de las más galardonas y oscarizadas de la historia del cine al obtener once premios de la Academia de Hollywood, sólo igualada o superada por Titanic y El señor de los anillos. El retorno del rey, y a pesar de ello los expertos siguen considerándola de inferior calidad que la versión de 1926, lo que también debe sucederles a los americanos en general, ya que en 1997 fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso de los EE. UU, al considerarla cultural e históricamente significativa y por ello declarada bien público.
El séptimo arte, afortunadamente no solo entretiene, sino que enriquece nuestra cultura . Es encomiable que haya gente como usted difundiendo todo el potencial del cine, dando opiniones y resúmenes al respecto.
Un abrazo.
Muy, muy interesante tu artículo, Virginia. No sabía que hubieran hecho varias versiones de ella.
Recuerdo que esta película, la protagonizada por Charlton Heston habia causado furor en su día.
Era curioso porque en mi pueblo habia dos cines que no se llenaban nunca, en cambio, cuando estrenaban pelis como Ben Hur, Los Diez Mandamientos, La Biblia y similares las salas estaban a rebosar, incluso la gente bajaba a la villa desde las aldeas cercanas para asistir a tan «importante» evento.
Emma Rosa
Querida Virginia tu artículo es impecable, por lo que te felicito. Soy una cinéfila empedernida y Ben Hur la he visto no sé cuántas veces. Además me gusta investigar sobre el trasfondo de las películas y cómo he leído algunos artículos sobre esta película como icono gay; te dejo con algo que he rescatado
«El guionista, Gore Vidal, manifiesta cómo «éramos expertos en sugerir cosas sin decir una palabra sobre el tema». Para él el mejor ejemplo es el de Ben & Hur (1959). La transcripción de lo que se dice al respecto en El celuloide oculto no tiene desperdicio:
Ben-hur y Messala, el judío y el romano. Se conocen desde niños. Por motivos políticos, ahora se odian. Eso no basta para llenar una película de tres horas, aunque sea un mamotreto como Ben-Hur.
El director, William Wyler dijo: «¿Qué hacemos?», y yo dije: «Veamos. ¿Y si estos dos a los 15 ó 16 años fueron amantes, y ahora el romano quiere seguir?»
Messala (Stephen Boyd) quiere volver con Ben Hur. Sabe Dios por qué. Son cosas de romanos. Willie se me quedó mirando, con la cara gris. Le dije: «No se dirá con palabras, no habrá nada explícito, pero quedará claro que Messala está enamorado de Ben Hur».
Willie dijo: «Oye, que es Ben Hur. Una historia de los tiempos de Cristo».
No estaba nada convencido. Pero al final dijo: «Bueno, desde luego es mejor que lo que hay: probemos»
La secuencia de la diana, cerrada con un más que afectuoso abrazo, y el diálogo que mantienen Boyd y Heston («Después de tantos años seguimos tan unidos» afirma el primero; «en todos los sentidos» contesta Ben Hur) confirma el acierto de la sugerencia del cambio propuesto por el guionista.»
Anda!! No sabía que hubiese tres versiones de la película. Y luego me he quedado atónita con el comentario de Carmen Coello porque yo no había pillado ese «doble sentido». Nunca te acostarás sin saber una cosa más
Tampoco yo sabía de más versiones, ni de ese «doble sentido». Recuerdo que, cuando yo era pequeña, existía un juego, con fichas y un dado, las fichas eran las cuádrigas, ganaba quién llegaba primero, claro. Era así como un parchís … no sé si alguién más lo recuerda.
Despues de ver en una pelicula el comentario de Gore Vidal sobre el que Messala estaba enamorado de Ben Hur la volvi a ver y me fije en las miradas y las reacciones de Stephen Boyd, el actor que representa a Messala y realmente da la impresion de desear a Ben Hur.
Hola:
Sólo deseo comentar que Ben-hur en mi película favorita, creo que es la mejor de todos los tiempos por algo fue galardonada por la academia. Bueno gracias
bye Mary Jose