Sugerencias del Lector/a
Esta página nace con el único fin de que – aquellos/as lectores/as que lo deseen- los visitantes de Alenarte Revista tengan un lugar para expresar- siempre con respeto y educación- las sugerencias sobre la Revista que estimen interesantes.
Por ejemplo, temas, o Secciones que no se nos hayan ocurrido, o cualquier idea relacionada con la REVISTA.
Todas las opiniones se agradecen, y se valoran. Eso sí, entenderán los lectores/as que no se aprobarán comentarios que supongan falta de respeto ni a los lectores/as ni a los integrantes de la Revista.
Hola
He recibido una invitación para participar en vuesta revista.
Me encantaría, pero no sé cómo hacerlo.
Por favor. Podrías decírmelo?
Quiero que sepáis que consirdero un honor el que me hayáis visitado y, bueno, ni que decir de lo que significa que me invitéis .
Un biquiño desde Coruña.
Diana
No se donde dejar esta nota y por eso la dejo aqui. Se que no manteneis correspondencia con los lectores pero queria comunicaros que os he dado dos premio : Dardo y Blog de oro. Yo no se si esto se puede dar a una revista pero lo que me interesaba es destacar el trabajo que hay detras de esta para que salga a tiempo y deciros que sois realmente muy buenas y que cada vez os superais. Y de camino que os conozcan los que entran en mi blog.
Vuestro esfuerzo y buen hacer merecen no dos premios sino varios .
Un abrazo de Melusina
Querida Alena, en nombre de la literatura y la cultura en general te felicito por ese esfuerzo creador que haces con esta Revista, GRACIAS… mil gracias porque enriqueces el acervo cultural. Intuyo el esfuerzo, la tenacidad, creatividad y ofrenda para haber llegado al número cincuenta… gracias de nuevo.
un abrazote grande muy grande, desde Mérida Venezuela
Marial
Hola : he accedido a vosotros a través de otras web-s y blog-s. Os quería pedir permiso para poner un link en mi blog con vuestra dirección. Me encanta vuestra revista. Un saludo.
Hola : he accedido a vosotros a través de otras web-s y blog-s. Os quería pedir permiso para poner un link en mi blog con vuestra dirección. Me encanta vuestra revista. Un saludo.;. All the best!!
Estimado Editor, siempre leo esta hermosa Revista ALENARTE, que es cada día mejor.
¿Por qué ALENARTE no publica la poesía del poeta brasileño Remisson Aniceto, cuyos textos son de gran calidad?
Los poemas de Remisson están en la Revista Internacional de Poesía de Rosario, en la Web Auténtica Poesía, Uruguay Libros, Revista Cinosargo y otros.
Un abrazo.
Leonardo
hola como presidente de la asociación de AMIGOS DE LA HISTORIA DE ALBACETE quiero agradecerte el trabajo que estas haciendo al llevar a cabo el desarrollo de esta revista, en la medida que sea posible me guataria poder colaborar contigo, aunque mis conocimeintos de historia estan muy localizados geograficamente. Saludos
No estoy muy segura si he entrado en el «apartado» correcto para desearos, aunque un poco tarde, un año 2010 tan «rico» en noticias, artículos y buen hacer como el que nos habéis ofrecido. Me encanta vuestra revista y aunque no suelo dejar comentarios en ella os aseguro que está presente en mis lecturas. Un saludo para todos vosotros desde el País Vasco. Mentxu
Sí.
Has entrado en la «Sección correcta». Se abrió para comentarios generales de los lectores/as. Temas que no son expresamente de ningún articulo, sugerencias, etc. También es un medio de contacto (aunque en este último caso no salen a luz los comentarios) para que nos comunique quien lo desea, que nos va a enviar algún texto para su posible publicación.
La Sección lo que no aprueba es la mera publicidad de una página. Simplemente.
Gracias en nombre de todos los que hacemos la Revista por tu fidelidad lectora.
Saludos y felicitaciones por los dos años cumplidos por esta revista.
Quería preguntar por la posibilidad de que hicieran una reseña de mi libro «Dido reina de Cartago», que fue creado directamente en la red, a través de mi blog Mujeres de Roma y ha sido publicado en papel por ES Ediciones.
Para que puedan saber algo más de mí y de la novela, les invito a visitar mi blog. En la columna de la derecha, podrán encontrar una serie de links con reseñas de la novela y otro apartado con links a entrevistas.
Para mí sería un honor que lo leyeran y lo reseñaran.
Un cordial saludo.
Buenas tardes a ti Alena y a todos los que habéis realizado la revista, o mejor dicho el número de este mes. Me he sentado delante del ordenador y me preguntaba en dónde dejar mi opinión ante tanto tema dónde elegir y todos tan interesantes. Así que me he dicho: haré como con los suplementos dominicales. La voy a saborear poco a poco y para dejaros mi opinión, ahí va para todos vosotros. Felicidades por el número entero. Un saludo.
Hola a todos los aficionados al arte. Si estéis un día en Las Palmas, no dejad de ir al Cafe Bar SONATA en la Calle Perojo, no.32 (no sé el teléfono). Tienen exposiciones de arte de artistas canarios.
Hola,
Falta en mi opinión un índice de temas desde donde se pueda acceder a un tema en concreto de inmediato. Un saludo.
TRAVESURA ADOLESCENTE
Los veraneantes no solían bañarse en el Socavón del infiernillo. Era un lugar peligroso, de difícil acceso, solo apto para nadadores avezados que se atrevían a enfrentar las aguas torrentosas del Quillinzo. Había llegado hasta allí caminando descalzo por un sendero protegido por sauces, aromos y molles, siguiendo el curso del agua de vertientes que zigzagueaba entre las piedras y -convertida en arroyo- terminaba alimentando al río.
Su familia alquilaba una casa en las inmediaciones, eran sus primeras vacaciones en esas serranías y su curiosidad adolescente lo había llevado hacia el lugar sin el permiso de sus padres. Quería experimentar nuevas aventuras, algo diferente a lo que ocurría en su barrio donde sus andanzas no pasaban de jugar al “ring raje” de casa en casa, robar frutas en la quinta de un vecino o tirar cascotes a los autos que pasaban para luego esconderse en un baldío. Imaginó que en ese paraíso natural podría explorar cuevas, pescar mojarritas, hacer sapito con las piedras en el agua, comer frutos silvestres y así lo hizo. Tenía diez años.
Ardía la tarde cuando vencido por el cansancio, acomodó su caña de pescar sobre una latita de picadillo repleta de lombrices atolondradas por el calor para tirarse panza arriba sobre una loneta que su madre usaba para asolearse. Allí quedó adormecido, en el medio de un playón de arena, con su trajecito de baño, una bolsita con tunas y el torso al descubierto.
Al despertar, su piel tenía el color de un tomate: le dolía la cabeza por la exposición al sol y el estómago por la ingesta de tunas calientes. Miró hacia el río y se aprestó a refrescarse. Al intentar hacerlo regresó a la loneta de inmediato. A partir de ese momento el rectángulo de lona se convirtió en un refugio protector de la candente arena que en segundos había achicharrado sus pies. Advirtió que el trayecto que lo separaba del agua era distante, más aún si pretendía regresar al sendero por donde había venido. Tomó conciencia de que en algún momento debía escapar de esa inesperada trampa de arena: tenía sed y comenzó a desesperarse. Pensó en llegar al agua a toda carrera pero jamás lo lograría sin quemarse nuevamente; además, si lo intentaba, nunca podría cruzar el río. No sabía nadar.
Abrigó la esperanza de que alguien llegaría a socorrerlo pero nada de eso sucedería. Finalmente tomó coraje y decidió correr hacia la entrada del sendero por donde había venido. No le importó quemarse. Sin embargo, nunca imaginó que antes de llegar, bajo las piedras protegidas por las sombras de los sauces, advertiría la presencia de una inmensa yarará que, enroscada sobre si misma, urgaba el aire con su lengua bífida y lo acechaba. Regresó al refugio de inmediato y saltando sobre la loneta intentó aliviar sus quemaduras. Pidió auxilio a todo pulmón. Nadie lo escuchraría. Sus gritos se transformaron en pánico y los latidos de su corazón en descontrolados martillazos en el pecho. El sol declinaba sus últimos rayos sobre la arena cuando definitivamente perdió el conocimiento.