El Retiro de Agustín de las Heras, o un Diógenes en el Retiro. Por: Alena Collar.

 

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La literatura actual no suele distinguirse por la búsqueda consciente del lenguaje elaborado, la frase correcta, la adecuación del tono y la estructuración del contenido.

Hoy, escribir parece ser un arte que cualquiera hace suyo, y cuanto más moderno, extravagante, difuso y confuso sea el contenido, más aplauso recibe de quien confunde escribir con juntar letras y ser escritor con llenar renglones uno detrás de otro.

Si decimos que escribir debería ser un arte, y que, además requiere esfuerzo, precisa elaboración, solicita tiempo, la mayoría de quienes lean esas opiniones contestaran que somos absolutamente clásicos y que los nuevos tiempos admiten muchas escrituras y muchos distintos tipos de lectores.

Pues efectivamente, pero también es cierto que los nuevos tiempos no tienen porqué suponer que a la escritura se la tome en vano, que se arrastre la palabra y que se confunda ser escritor con publicar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 El Retiro de Agustín de las Heras, o un Diógenes en el Retiro.  Por: Alena Collar.

Agustín de las Heras es Escritor. Y lo demuestra en su libro El Retiro de Diógenes, en el que a través de un cuidadísimo lenguaje, de una elaboración de la estructura narrativa excelente, de un diálogo chispeante y de unas reflexiones que al menos hacen pensar, nos regala un libro sobre el vivir cotidiano. Sobre la actitud ante la vida, y sobre las consecuencias de ese vivir.

Este libro, que cuenta una sencilla historia que sucede en El Retiro, y que además supone el retiro del protagonista y que para más énfasis se observa (el Retiro, digo) como un retiro particular, tiene la elegancia de lo bien escrito, y la modernidad de lo acabadamente pensado.

Los personajes son gente de la vida habitual, paseantes del parque, vecinos que allí se encuentran, hablan, se enamoran o simplemente intentan sobrevivir.

Porque, en el fondo, de sobrevivir se trata, sí, a través de los días de un año, el que nos cuenta Diógenes, el que transcurre en el Retiro. Ya ven qué cosa más simple: narrar una historia así, hoy que se lleva el argumento epatante y la acción continua…

Pero, cuando lo terminamos, cerramos la solapa, y pensamos qué hemos leído, lo que encontramos es una historia excelente y a un excelente escritor, sin necesidad de ponerlo en mayúsculas.