Los Jardines de Boboli. Por : Virginia Seguí Collar
Tanto la fecha de creación de los Jardines de Boboli como su diseño inicial permiten afirmar que estamos ante el jardín de mayor importancia dentro de los clasificados en lo que se denomina Renacimiento toscano; no obstante y debido a su carácter orgánico y a su vinculación al Palacio Pitti, las intervenciones realizadas en él, a través de los años, han sido tan importantes que en la actualidad solemos encontrarlo incluido dentro del estudio de los jardines barrocos. (Virginia Seguí)
Los Jardines de Boboli. Por : Virginia Seguí Collar.
Cuando en 1550 Leonor de Toledo, hija del virrey de Nápoles y esposa del Duque de Florencia Cosimo I de Medici, compró por 9000 escudos las propiedades que la familia Pitti poseía en la zona conocida como Boboli (topónimo utilizado para denominar zonas boscosas) en la orilla izquierda del Arno, incluyendo su palacio, los Jardines de Boboli todavía eran sólo un proyecto.
La fecha exacta en que Luca Pitti construyó su famoso palacio no se conoce, aunque se sabe que en 1461 ya estaba construido pues de esa fecha es la primera prueba documental en la que se le cita; al parecer Luca Pitti, rico comerciante florentino, quiso construirse una nueva morada acorde con su posición social, optando por hacerlo cerca de la antigua casa familiar ocupando parte de sus posesiones al pie de la colina del Belvedere.
Pese al interés que suscita la construcción del palacio, que al parecer se inició hacia 1440 y que presenta ya claros signos renacentistas arquitectónicos; la realidad es que se desconoce a ciencia cierta quién fue el artífice de su diseño.
Vasari en sus Vidas cita a Brunelleschi y a Luca Fancelli como los creadores de la obra y así aparece actualmente indicado por algunos autores, aunque otros los mencionan sólo como posibilidad ya que, al parecer, hasta el momento no se ha encontrado ninguna prueba fehaciente que permita considerar dicha afirmación como algo más que una mera atribución.
Del primer edificio construido quedan algunas muestras en pinturas de la época, lo que nos permite conocer su factura inicial, lo vemos representado en una Predela obra de Alessandro Allori existente en la Iglesia florentina del Santo Espíritu que ha sido fechada en el siglo XV, o en un anónimo Retrato de dama conservado en el Museo de Objetos Preciosos del propio palacio y también en la planta perspectiva conocida como de la cadena que representa la ciudad de Florencia tal y como era en 1470.
Las intenciones de los duques de Florencia eran habilitar el palacio de los Pitti como residencia adecuándolo a sus necesidades de representatividad y dejando clara su posición de primacía ante el poder civil de la antigua república de la ciudad; por tanto el edificio, con las mejoras que fueran necesarias, se convertiría en una mansión digna de su posición; función que, al parecer, no cumplían sus hasta entonces residencias habituales: el Palacio de la Vía Larga o el Palacio Vecchio.
Las primeras obras realizadas entre los años 1553-1555 afectaron, básicamente, al jardín siendo Niccolò Pericoli conocido como Il Tribolo, arquitecto experto en jardines que ya había trabajado para los Medici en su Villa de Castello, el encargado de su diseño, tras su muerte, en 1550, fueron asumiendo la dirección de los trabajos otros arquitectos: Davide Fortini; luego, entre 1554 y 1661, Giorgio Vasiri y finalmente, desde 1560 a 1583, Bartolomeo Ammannati. Trabajando todos ellos siguiendo, al parecer, el diseño inicial de Tribolo.
Es de imaginar que en la concepción del jardín influyera la configuración del terreno, y esto puede apreciarse en uno de lunetos de la serie dedicada a las Villas Mediceas realizada por Giusto Utens hacia 1600 que nos permite ver su disposición y apreciar la existencia, en uno de los lados del palacio, de un jardín de parterres ornamentales todavía a la manera medieval.
El nuevo jardín se construirá aprovechando el valle existente en la trasera del palacio, donde se situaba una cantera de piedra, el lugar fue transformado en un Anfiteatro mediante la prolongación del patio del palacio situado en un plano más bajo y, en contra de lo normal en un jardín renacentista, en su talud no se construyó un graderío sino que se cubrió con plantaciones regulares de árboles mediante un trazado reticular de caminos adaptados al terreno. Uno de ellos, como eje principal, asciende hasta una alberca o estanque cuadrangular y divide el espacio en dos buscando simular una organización visualmente simétrica; el jardín se extiende por los laterales rítmicamente mediante la creación de zonas cuadrangulares cubiertas de plantas y, dejando incluso, algunas zonas del terreno sin tratar, así el jardín se extiende inicialmente por el Orto de’ Pitti y el gran espacio agrícola de su antigua propiedad teniendo como límite las murallas construidas por el propio Cosimo para la defensa de Florencia, en la guerra contra Siena (1546-1548). Una amplia zona fue también organizada de forma más productiva con la creación de viñedos, olivares y las ragnaie o bosquecillos típicamente toscanos destinados a la caza de pájaros, y para ello atravesados con espalderas o redes que actuaban como ragnes o arañas.
Bartolomeo Ammannati acomete la primera ampliación importante del palacio, aunque mantiene las dimensiones de la fachada, modifica la planta baja eliminando los portones laterales que sustituye por ventanas enrejadas, y duplica por el interior la profundidad del edificio añadiendo dos alas perpendiculares y creando un gran patio trasero, en rústica, siguiendo modelos de Sansovino y Sammcheli, que mediante un cuarto lado de una sola planta se articula e integra con el jardín, formando indisolublemente unidos como unidad arquitectónica y remarcando, si cabe, la tradicional forma en U del Anfiteatro.
Grabados con vistas de la reforma de Ammannati y vistas actuales (Cortile)
En 1566 estaba acabada el ala izquierda del palacio, retrasándose las obras de la derecha al requerir la demolición de la antigua casa familiar de los Pitti, la subida a las zonas superiores se articuló con dos escalinatas, la principal que todavía conserva su función y otra helicoidal demolida en el siglo XIX.
A esta primera época corresponde también la construcción de la denominada Gruta de Madama quizás como referencia al hecho de que fue la propia Leonor de Toledo quien encargó su construcción a Davide Fortini y Marco del Tasso; típica construcción de la época cuyo interior contiene una simulación de estalactitas y otros elementos creados con materiales esponjosos para dar una mayor veracidad al espacio, en el que se acoplan esculturas realizadas por Baccio Bandinelli y Giovanni di Paolo Fancelli; en sus proximidades se creó un pequeño jardín especialmente destinado al cultivo de frutos enanos por el que Cosimo I sentía especial predilección.
Vasari realizó, entre 1557 y 1560, la Gruta Grande sustituyendo un antiguo vivero, en las proximidades de la zona en la que se unen el corredor proveniente del Palacio Vecchio y el Palacio Pitti; así como la fachada y la loggia de entrada para la que utilizó piedra roja de Monterantori en los fustes de las columnas y mármol blanco para sus basas y capiteles. Entre 1583 y 1593. La fachada corrió a cargo Giovanni Battista del Tadda, en la que colocó una esculturas talladas <alla rustica> y enmarcadas por hornacinas añadiendo el Capricornio y la Tortuga emblemas de Cósimo I.
La gruta consta de tres espacios diferenciados en profundidad: el primero decorado con bajorrelieves en material esponjoso de Pietro Mati con el tema de Decaulion y Pirra y en su bóveda frescos de Bernardino Poccetti; unos prisiones de Miguel Ángel, hoy día sustituidos por copias, se sitúan en las esquinas. En el segundo espacio contenía el grupo de Teseo y Helena de Vicenzo de’ Rossi, y en el último y más secreto una estatua de Afrodita, realizada por Giambologna, en la que podía admirársela sobre una taza de mármol verde sostenida por sátiros; las paredes decoradas por Poccetti simulan un espacio ajardinado con plantas y pájaros creando una especie de jardín secreto.
La primera fase del jardín no concluyó hasta principios del siglo XVII bajo el reinado de Ferdinando I que reinó entre 1587 y 1609. Leonor de Toledo murió en 1562 de un ataque de malaria sin poder ver terminadas las obras, por otro lado Cosimo I tras haber obtenido del Papa el título de Gran Duque de Toscana, tras la obtención de una bula, fue paulatinamente dejando en manos de Francesco, su primogénito, las labores de gobierno retirándose a su Villa de Castello, donde murió en 1574.
Francesco I fue nombrado Gran Duque por el Emperador Maximiliano en 1576, tras contraer matrimonio con su hermana Juana de Austria; al fallecer ésta, la veneciana Bianca Capello, fue su nueva esposa, no obstante el nuevo Gran Duque, fallecido en 1587, murió sin dejar descendencia y su hermano Ferdinando, destinado inicialmente a la carrera eclesiástica, renunció a la púrpura para asegurar la continuidad de la dinastía. Es interesante señalar que pese a las intenciones iniciales de Cosimo I y Leonor de Toledo, el palacio Pitti no se convirtió en residencia habitual de los Médicis hasta el reinado de Ferdinando I; pues hasta entonces había sido sólo utilizado ocasionalmente como lugar de hospedaje de personalidades y huéspedes importantes y para la celebración de festejos y representaciones que requirieran para su realización el amplio espacio que ofrecían sus jardines y muy especialmente el creado en su Anfiteatro. El famoso corredor, sobre el Arno, construido por Vasari fue un encargo de Cosimo I con la intención de conseguir un acceso seguro y rápido al palacio desde el Palacio Vecchio, lugar donde seguían celebrándose las recepciones oficiales.
Todo lo expuesto permite afirmar tanto si nos guiamos por las fechas como por diseños, tanto el palacio como el jardín están planamente ligadas a concepto renacentistas en general y por algunas de sus características, en especial al Renacimiento toscano; aunque actualmente, dado el carácter orgánico de las construcciones y sobre todo de sus jardines, las sucesivas intervenciones realizadas en ellos, con el transcurso del tiempo, hacen que normalmente lo encontremos clasificado dentro de la categoría de jardín barroco pues las modificaciones realizadas en esta época son las que hoy día tienen mayor significación.
Ferdinando I reinó hasta su muerte en 1609, su primogénito Cosimo II subió al trono casándose con una austriaca: la archiduquesa María Magdalena, hermana del Emperador Ferdinando II y de la reina de España, lo que, sin duda, reforzó el poder de los Médicis. Fue entonces, ya durante el siglo XVII, cuando el Palacio Pitti necesitó una nueva ampliación para adaptarse a la numerosa familia del monarca y a las necesidades de la Corte.
Vistas del Palacio Pitti históricas y actual
Giulio Paregi se encargó del proyecto iniciándose las obras en 1618 que no se interrumpieron ni por el fallecimiento del Gran Duque en 1621, continuando los trabajos durante la minoría de edad de su heredero que reinaría como Ferdinando II; de ello se encargaron las dos mujeres que ostentaron la regencia: su abuela Cristina de Lorena y su madre María Magdalena de Austria; así adquirió el palacio el aspecto y las dimensiones actuales a excepción de los rondós; el grabado de Zocchi que en 1744 muestra el sentido de esta reforma, dejando patente la ampliación horizontal del palacio, a lo largo de la plaza y del incremento del numero de vanos que pasaron de siete a veintitrés. La fachada es por otro lado un fiel reflejo de las ampliaciones en el interior del palacio ya que todas las plantas sufrieron modificaciones y/o redecoraciones, pintores florentinos y boloñeses actuaron en ella redecorando los apartamentos y las salas adyacentes; considerándose especialmente importantes las realizadas en la planta noble donde el Gran duque encargó la creación del Apatamento dei Forestieri.
Naturalmente esta ampliación incluyó también una intervención en el jardín que supuso la superación de la muralla que había sido hasta ahora su límite, tras la adquisición de nuevos terrenos con los que prácticamente alcanzó sus dimensiones actuales. Gherardo Mecini y Giulio Paregi crearon un nuevo eje en sentido transversal al anterior mediante el denominado Paseo de los Cipreses que va a desembocar en un gran espacio abierto ocupado por un gran estanque donde se encuentra la llamada Fontana dell’ Isolotto. Tras este gran estanque se encuentra el Prado de las Columnas, un espacio abierto y despejado decorado con columnas y esculturas desde el que se accede a la salida por la Porta Romana.
Vistas del Paseo de los cipreses y sus aledaños, con pasajes cubiertos e intersecciones
Vistas del Estanque de la Isla y del Prado de las Columnas
Se transformó la zona del Anfiteatro reduciendo las antiguas ragnaie de las que quedaron sólo dos: una, de grandes dimensiones, que cubría la Isla y la ocultaba de la vista del visitante buscando el efecto sorpresa, y otra denominada de La Pace situada en la antigua zona de murallas acompañada de un abrevadero de aves. A Romolo Ferruci del Tadda debemos la creación de la Fontana dei Mostaccini, fuente construida como una larguísima cadena que permitía el acceso del agua a gran parte del jardín dotándole, a la vez, del sonido o rumor producido por el agua durante su transcurso y caída y de una larga construcción con la representación rítmica de los llamados mostaccini por cuya boca fluye el agua. Se plantaron también tres laberintos y un paseo cubierto por ramas de Quercus ilex denominados vulgarmente carrasca zona que se conoce como la Cerchiata grande que cruza el Paseo de los Cipreses; e igualmente los dos largos y estrechos paseos que paralelamente discurren cubiertos por ramas conocidos como las Cerchiate piccole.
Lo más destacable del jardín pasaba a ser la zona de la Isla inicialmente concebida como un espacio destinado al cultivo de cítricos y flores. El 
centro del gran estanque estaba ocupado por una estatua de Afrodita, siendo, al parecer, Ferdinando II quien la sustituyó por la de Océano ejecutada por el francés Jean de Boulogne más conocido como Giambologna. Fue también durante el reinado de Ferdinando II cuando se modificó el Anfiteatro realizándose el actual graderío; obra de mampostería en seis alturas que ve interrumpida su parte superior por una sucesión rítmica de esculturas clásicas y cierra sus laterales mediante imágenes de animales. Estructura que a su vez fue modificada, en 1818, por Guseppe Cacialli, que cambió el ritmo inicial alternando esculturas con urnas de terracota imitando mármol, en ambos casos, introducidas en hornacinas. En l636 se enfatiza aún más, si cabe, el eje panorámico visual que longitudinalmente se abre desde el palacio y que atravesando el Anfiteatro y la zona del Estanque de Neptuno o Fontana del Forcone, se eleva hacia la colina colocando en la parte alta la estatua de la Abundancia, obra iniciada por Giambologna y finalizada por Pietro Tacca; este ascenso se organiza mediante una escalinata con la intermediación de rellanos. El estanque inferior recoge las aguas procedentes del acueducto de Arcetri que bajan desde la zona del Jardín del Cavaliere , contiene la estatua de Neptuno realizada por Stoldo Lorenzi, en 1571, en la que podemos ver cómo el dios, acompañado de náyades y tritones, aparece sobre una roca cómo saliendo del mar. El ascenso desde el anfiteatro se articula con dos escalinatas laterales que, bifurcándose y dejando una zona central con plantas, permiten el acceso del visitante y la admiración de diversas estatuas de inspiración clásica, como las de Septimio Severo o el Magistrado romano togado.
Vistas Estanque del Forcone y de la estatua de Neptuno. Estatua Magistrado Romano y
perspectivas del jardín desde el Anfiteatro a estatua de La Abundancia
En la zona más alta, tras la estatua de la Abundancia, se sitúa el jardín del Cavaliere, nombre derivado del proyecto denominado como del Cavaliere Malatesta que diseñó Miguel Ángel en 1529; lugar originariamente destinado al cultivo de plantas medicinales, sustituido a partir de 1612 por el de flores raras, en el que se construyó La casita del Caveliere actualmente convertida en el Museo de la Porcelana, y que fue utilizada por Leopoldo de Medici como lugar de reunión con literatos y científicos. Su situación privilegiada, en la zona más alta de la colina, permite al visitante disfrutar de las estupendas vistas del paisaje toscano.
Vistas del Jardín del Cavaliere, y del paisaje toscano que desde allí puede admirarse
La muerte de Giangastone de Medici, en 1737, supuso la extinción de la dinastía y el paso del Gran Ducado a manos de los Hasburgo-Lorena; quienes gobernaron hasta 1765 a través de un regente. El jardín, durante esta época, se vio afectado de un cierto abandono pese a realizarse en él algunas reformas ya que bajo la dirección de Ignazio Pellegrini se creó la comunicación entre la Plaza de Baco y el Anfiteatro y inició la construcción de una inacabada capilla. Situada en las proximidades del palacio y la Gruta Grade esta plaza debe su nombre al enano que está representado como Baco en la estatua obra de Valerio Cioli, en realidad se trata de la representación del enano Morgante, personaje de la obra de Luigi Pulci: Il Morgante, poema épico de caballerías sobre las hazañas de Carlomagno; por afinidad los enanos o bufones de la corte eran llamados así y al parecer en la corte de los Médicis existía uno muy famoso que es modelo de esta escultura representado sobre una Tortuga uno de los emblemas de Cósimo I.
Con la llegada del Gran Duque Pietro Leopoldo de Lorena cambió la actitud sobre el jardín pues, a partir de 1765, emprendió una nueva transformación que supuso en primer lugar la restauración de las esculturas, arquitecturas, instalaciones hídricas y vegetales que lo requerían; pero sobre todo la construcción de nuevos pabellones: Zanobi del Rosso realizó el Kaffehaus y el Limonar. El primero de ellos es un edificio construido en la zona intermedia del jardín pero ya en un plano superior como lugar de descanso del Gran Duque y su corte, desde el cual se pudiera admirar el paisaje toscano y la ciudad de Florencia.
El Palacete de la Meridiana, situado tras una de las alas del palacio, fue encargado a Paoletti en 1776 aunque la obra fue terminada por Pasquale Poccianti cincuenta años mas tarde; se trata de una residencia más cómoda que los aposentos del palacio, que fue habitada por todas las casas reinantes incluida la época de dominación francesa; obra muy significativa que constituye un documento muy representativo del Romanticismo toscano; hoy convertida en Museo del Traje. El Limonar construido en la antigua zona del Serrallo y en la misma línea que el anterior pero próximo ya a la Porta Romana, es un espacio dedicado a los cítricos, utilizada todavía como lugar de almacenaje de este tipo de frutos muy estimados por los Médicis y el resto de distintas familias reinantes.
Se redecoró el Antiteatro con algunas esculturas llegadas de la Villa Medici de Roma: dos Prisioneros Dacios, bustos, el obelisco egipcio situado desde 1790 y erigido en su centro, etc. Gran Duque Pietro Leopoldo de Lorena también se deben iniciativas importantes como la creación de la Specola y un jardín huerta con frutas, hortalizas y flores exóticas conocido como Jardín Potager que Filippo Parlatore transformó en Jardín Botánico entre 1841-50.
El siglo XIX fue de dominio napoleónico y supuso para el jardín una época de decadencia; la Gran Duquesa Elisa Baciocchi quiso convertirlo en un jardín a la inglesa pero la escasez de fondos le impidió realizar su proyecto; pero su intervención supuso el abandono del cuidado tradicional del jardín, creándose zonas cada vez más agrestes.
En 1834 Leopoldo II acometió la intervención más traumática, destruyendo los laberintos para abrir una calzada proyectada por Pasquale Poccianti y transformando parte de los característicos paseos rectilíneos en curvilíneos acordes con la moda del momento.
Desde mediados del siglo XIX Los Jardines de Boboli no han sufrido prácticamente cambios, habiendo sido utilizados para la realización de numerosos espectáculos al aire libre, siguiendo una tradición muy arraigada; se sabe que tras la creación del graderío del Anfiteatro, en 1637, se inauguró con ocasión de la coronación de la esposa de Ferdinando II: Vittoria de La Rovere, como Gran Duquesa de la Toscana, con un espectáculo conocido como Carosello, consistente en una sucesión de cuadros coreográficos inspirados en la obra de Tasso: La Jerusalén Libertada. Un grabado de Stefano Della Bella representa uno de ellos en el que pueden verse escenas de Atlante, el baile del caballo, organizado en el Anfiteatro. Max Reinhardt representó en 1933 El sueño de una noche de verano. En 1938 se representó Como os plazca de Jacques Copeau, en 1948 bajo la dirección de Giorgio Strehler se representó La Tempestad de Shakespeare, y el año siguiente Visconti dirigió Troilo y Cresida del mismo autor, por último en 1987 Luca Roconi dirigió la representación de La reina de las Hadas mascarada basada en una comedia del genial inglés que fue musicada por el francés Henry Purcell en 1692 y estrenada en el Dorset Garden Theatre londinense.
En la actualidad los jardines se han enriquecido con esculturas de artistas contemporáneos que situadas estratégicamente en el jardín contrastan con sus formas y decoración en general de inspiración clásica incluso en las obras que se han ido instalando en él durante los siglos XIX y XX.
Por otro lado hoy día los Jardines de Boboli son propiedad de la ciudad y sus ciudadanos tienen la entrada libre pudiendo disfrutar de ellos con sólo mostrar su carta de residencia; el resto de visitantes puede hacerlo en uno de los itinerarios previstos en las visitas al Palacio Pitti.
PLANO HISTÓRICO Y ACTUAL DE LOS JARDINES DE BOBOLI
Exhaustivo y gran artículo. Digno de las guías más especializadas, mejor dicho, de los libros de viajes que son más interesantes y amenos para el viajero que no quiere ser turista superficial.
Virginia, interesantísimo artículo y tan detallado. Lo guardo para leerlo con más detenimiento.
Gracias Virginia. Me quedo embelesada con este paseo por medio de tanta belleza. De tu mano, acabo de hacer un precioso recorrido por Florencia, a uno de tantos… lugares emblemáticos, y con tu relato también explicado… es una gozada. Un besito.
Muy interesante y bien documentado. Te doy las gracias porque tengo que hacer un pequeño comentario de los jardines,en general, y, en este artículo, aparecen datosdemucho interés. Un saludo